Catalina Herrera, bioquímica, educadora ambiental, experta en gestión ambiental y fundadora de Mapa Verde, en diálogo con La Quinta Emprende compartió los principios de la gestión sostenible de ropa en desuso.
La ropa en desuso es un problema mundial que nos debiera preocupar a todos, ya que somos nosotros parte del problema y, por qué no decirlo, los responsables de las miles de toneladas de ropa que, día a día, son llevadas a vertederos en todo el mundo.
Lamentablemente, la moda se ha transformado para muchos en sólo un consumo fugaz de ropa, con muchas temporadas y colecciones de nuevos productos por año, lo que ha aumentado de manera desmedida los desechos textiles en el mundo, que pueden tardar hasta 200 años en desintegrarse.
La gestión sostenible de la ropa en desuso se presenta, entonces, como un alternativa totalmente viable, siempre y cuando, los principios de la economía circular sean seguidos y respetada su jerarquía.
Dicho lo anterior, ¿Cuáles son los pasos a seguir en la gestión sostenible de ropa en desuso?
- Donación, trueque o venta de prendas en perfectas condiciones para su reutilización por otra persona.
- Reparación de prendas dañadas antes de ser utilizadas por otra persona.
- Suprareciclaje (upcycling), que es la transformación de prendas irreparables, pero con telas en buen estado, en nuevos productos de mayor valor como bolsos, sombreros, etc.
- Reciclaje, donde la tela es convertida en fibra y luego, nuevamente, en hilo y tela. Debería ser solamente de prendas de fibra natural que no pueden ser reparadas ni suprarecicladas.
- Infrareciclaje (downcycling). En este caso la tela no se recupera, sino que reemplaza otros materiales. Debería ser solo de prendas de fibras sintética o de prendas que tienen mezclas inseparables de fibra sintética y natural. Se convierte en productos tales como planchas de aislamiento térmico. Los nuevos productos deben entrar en nuevos ciclos de vida.
- Inferciclaje, (la raíz «infer-» proviene del latín «inferus», que significa «inferior» o «menos»). Si la opción de infrareciclaje no está realmente reemplazando un material más contaminante y/o si el producto final del proceso no entra en ningún ciclo, sino que es pre-basura. Se debe realizar una evaluación de su impacto ambiental, teniendo en cuenta el gasto de energía, agua y contaminación involucrados en el proceso, y compararlas con el hecho de tirar la prenda o el textil a la basura.
Este enfoque se basa en la materialidad de las prendas, con especial atención a los textiles de plástico, ya que más del 60% de las telas en el mundo son de plástico, y uno de los problemas que esto implica, es que con cada lavado se liberan cerca de 700 mil fibras de microplástico que llega al mar. El 96% del plástico en el mar, es microplástico, y un 35% de ellos proviene de los textiles.