Se trata de Renato Leonardini y su hija Carolina Leonardini, quienes deleitan el paladar con sus exquisitos helados artesanales. Poseen una gelateria en Inglaterra y en el sector Reñaca, Viña del Mar. El emprendimiento fue reconocido como la mejor heladería en los premios Italian Awards 2017.
Si de emprendimiento con historia se trata, hablemos de Leonardini Gelato Boutique.El negocio familiar que durante mucho tiempo a pesar de altas y bajas ha logrado mantener la esencia que ha permitido cautivar y deleitar a todo quien prueba sus exquisitos helados artesanales. Sus sabores son infinitos, para Carolina y su padre Renato Leonardini no existe un límites cuando se trata de crear nuevos sabores. Al contrario, siempre están constantemente innovando, pues para ellos, “hacer helados es una pasión que se lleva en la sangre”.
El amor por los Ice Cream ha logrado traspasar hasta ahora, dos generaciones que, sin duda, sigue el legado de Renato Leonardini (Padre de Renato y abuelo de Carolina) quienes a principio del año 1.948 tras haber viajado desde Italia y haberse establecido en Valparaíso, dedicó toda su vida al mundo gastronómicos con especialidad en los helados.
Su hijo, Renato Leonardini, desde chico fue su mejor partner en el negocio de los gelatos; hecho que lo ayudó sin duda, 25 años después fundar su propio negocio: El reconocido lugar gastronómico «LAMELA», en la comuna de Villa Alemana, que en su momento, era un espacio donde los clientes podían disfrutar de una fusión de sabores en variedades de productos de pastelería, salón de té y por supuesto, heladería. Pero » el helado no se fabricaba directamente» contaron Renato y Carolina Leonardini.
A pesar del éxito que había tenido su primer negocio «LAMELA» Renato buscaba algo más, «El bichito de los helados lo estaba picando». Siguió lo que realmente le apasionaba y decide vender la sociedad para aliarse con su esposa y juntos crear una de las mejores heladerías, en Viña del Mar, llamado «La Tropicana» el primer lugar en ofrecer helados artesanales y con sabores frutales.
La heladería se convirtió en un total éxito; Sin embargo, no hasta 1991 tras la muerte de su esposa, Don Renato decide cerrarla y, junto a Carolina su hija decide emigrar a Inglaterra; lugar en donde ella haría una especialidad en su carrera de periodismo.
El Renacimiento
Dicen que la vida te regresa a donde realmente se fue feliz. Sin pensarlo, el destino de Renato Leonardini y su hija, puso la pieza que faltaba en el rompecabezas. Sobrevivir a un cáncer de mama, tener una nueva oportunidad en la vida, hizo que Carolina Leonardini se interesara en retomar el negocio de los helados junto a su padre; pero esta vez con un enfoque diferente, «en el 2014, después que me diagnosticaron un cáncer de mama, decidí a no volver a mi vida de empleada. Quería evitar estrés y coincidió que mi papá también tenía una licencia médica. Decidimos abrir nuevamente la heladería en Inglaterra» contó Carolina Leonardini, quien dijo además que el haber retomado la idea de los helados fue con el objetivo principal de apoyar a la Fundación Expande Vida, una organización benéfica, que promueve la prevención del càncer y la reconstrucción de quienes lo han vivido.
Así es como la heladería Leonardini renace en Lancaster, Inglaterra. Su innovación en sabores no tardó más de seis meses deleitar el paladar de los británicos y de chilenos que llegaron a conocer la tradicional heladería La Tropina, «Jamás imaginamos que con tan sólo seis meses de habernos establecidos,obtuvimos un reconocimiento como «Best Gelateria» en los Italian Awards 2017. Esto fue gracias al apoyo de las personas quienes nos visitaban, y a aquellos chilenos que llegaron a conocer La Tropicana», comentó Carolina.
Carolina y Renato Leonardini no dudó en establecer también la gelateria en Chile. En un lugar de Reñaca, muy poca concurrida, quien llega al lugar por primera vez lo primero que se preguntan es ¿ tendrán clientes? pero lo increíble, es que han logrado tener un posicionamiento en el rubro que las personas siempre llegan hasta el lugar para disfrutar de un buen helado creado con todo el amor y la pasión del mundo.
