Por: Jorge Contreras
Colaborador Proyectos I+D y de Seguridad Contra Incendios EPROIC
Los incendios forestales han sido durante mucho tiempo una amenaza persistente en ciertas partes del mundo, siendo Chile uno de los países más afectados por estos fenómenos. Con el cambio climático exacerbando los incendios forestales, urge que los investigadores trabajen para entender cómo los incendios forestales afectan las comunidades, el medio ambiente y la economía y que, a su vez, los innovadores desarrollen soluciones para mitigar su impacto.
En este sentido, el capital humano creativo, el conocimiento aplicado y capacidad de respuesta de pequeñas entidades innovadoras privadas, es clave para buscar espacios de mejora tanto en lo reactivo como en lo preventivo. En lo reactivo, para combatir los incendios a través de modelos de gestión eficiente de respuesta, el uso de tecnologías digitales como los sensores de detección, drones, inteligencia artificial, el uso de sistemas de información geográfica (GIS) todo esto para identificar focos.
En el ámbito preventivo, la innovación debe generar acciones que para crear conciencia en las comunidades y principalmente en los más pequeños, a través del desarrollo de proyectos educativos que abarquen además de la prevención, la detección temprana de incendios que es fundamental para detener la propagación del fuego antes de que causen una devastación generalizada.
Para que los innovadores puedan abordar estos desafíos, necesitan financiamiento. Los innovadores y las empresas innovadoras se baten día a día para mantenerse a flote financieramente y poder avanzar en investigación, desarrollo e innovar con nuevas soluciones. Es acá, en el financiamiento, donde existen dos aristas que no son excluyentes y que deben trabajar en paralelo, el financiamiento a través de fondos públicos y privados. Para el primero, se debe generar financiamiento continuo no solo a universidades sino también a entidades más flexibles como las pequeñas y medianas empresas. Por el lado privado, son los grandes conglomerados empresariales que deben crear fondos de inversión para impulsar la innovación contra los incendios forestales.
Un gran ejemplo de buenas prácticas ocurrió cuando vivimos la última pandemia en donde empresas innovadoras fueron capaces de generar soluciones efectivas para evitar más contagios gracias al soporte de fondos provistos por conglomerados empresariales. En nuestro caso, como EPROIC, pudimos diseñar y poner en práctica una cápsula para proteger al personal médico de las salas en los procedimientos de extubación, esta fue una solución al requerimiento específico de la UCI del Hospital Carlos Van Buren. Para la construcción de un volumen mayor fue necesario el aporte del conglomerado APRIMIN que financió 250 de estas cápsulas que fueron distribuidas a lo largo y ancho del país.
Otra arista de innovación puede ocurrir a nivel gubernamental en donde los países que sufren incendios forestales puedan crear una organización que permita compartir experiencias y sobre todo recursos para el combate, esto considerando que los momentos del año en que hay más incendios se invierten entre los países en ambos hemisferios, de esta manera los recursos estarían disponibles con antelación en las zonas en que más se necesitan dependiendo del momento del año.
Para finalizar, instar al gobierno y a los grupos empresariales a generar espacios de financiamiento para avanzar en el patentamiento de nuevas tecnologías que provean soluciones para prevenir y combatir los incendios forestales.
