En noviembre de 2022, la población mundial alcanzó oficialmente los 8.000 millones de personas en todo el mundo. Este constante incremento viene con un grave problema asociado: la necesidad de alimentar a todas esas personas en un planeta con recursos limitados.
Se estima que la agricultura debe aumentar la producción de alimentos en un 70% para 2050 y, además, debe hacerlo teniendo en cuenta las imprevisibles consecuencias producidas por el cambio climático mundial. Los expertos coinciden en que la solución a este problema pasa por la adopción masiva de tecnología agrícola.
La tecnología de agricultura inteligente en la actualidad
El concepto de agricultura inteligente es un concepto moderno de gestión agrícola que se apoya en la tecnología para monitorizar y optimizar los procesos agrícolas. La clave del concepto es la optimización; en la agricultura tradicional es habitual aplicar la misma cantidad de fertilizante en todo el campo, sin tener en cuenta las necesidades reales de cada zona del campo. Al adoptar la agricultura inteligente (por ejemplo, la agricultura de precisión), los insumos se aplican en base a las diferencias en la disponibilidad de nutrientes en el suelo del campo detectadas.
Otra de las características que definen la agricultura inteligente es el uso del GPS para el geoposicionamiento y la cartografía de los campos. Normalmente los límites del campo suelen ser bastante grandes y peinar el campo entero en busca de problemas no es práctico ni útil, sin embargo, con el GPS y la información recogida por satélites, drones o sensores, se puede acudir directamente a la zona con problemas.
La agricultura inteligente aboga por el uso de sistemas de automatización y control para minimizar los costes de mano de obra y obtener información precisa en cualquier momento del día. Otras herramientas que forman parte de la agricultura inteligente son la robótica, el Internet de las Cosas (IoT) o Blockchain.
Cinco ejemplos de tecnología que están cambiando la agricultura
- Internet de las Cosas (IoT)
El Internet de las Cosas es la respuesta tecnológica a la hiperconectividad. Gracias a él, es posible conectar los dispositivos utilizados en el campo entre sí, como sensores o maquinaria automatizada, y con el software utilizado en la oficina. Los dispositivos de campo suelen incluir varios detectores que miden una serie de parámetros que afectan a los cultivos, como la humedad o la temperatura del suelo, en el caso de los sensores estáticos, o la cantidad de cultivo cosechada, en el caso de los robots recolectores.
Al disponer de esa información al momento en la plataforma de análisis, se reducen los residuos, el trabajo manual y los costes, mientras que aumentan el rendimiento y la productividad. IoT también sirve para planificar y activar a distancia los sistemas de riego o fertilización en base a las necesidades de las plantas en el campo.
- Detección y delineación automática de los límites del campo
La detección automática de los límites del campo permite conocer de forma precisa el área y la forma de cada campo, independientemente de si los campos adyacentes también pertenecen a la misma persona. Además, permite no solo crear mapas de toda una región, también detectar si se han producido cambios en los campos con el paso del tiempo.
Conocer de forma clara las fronteras de campo es una buena manera de poder conocer y ajustar las necesidades totales del campo en materia de insumos o evaluar la cantidad de cosecha que se podrá conseguir en esa área de terreno cultivable. Para los gobiernos e instituciones administrativas, esto es muy útil para determinar la cuantía de las subvenciones o supervisar la eficiencia de la producción en la región.
- Cuidado del ganado
En muchas explotaciones, el ganado forma parte de la agricultura al comerse las malas hierbas. La tecnología es de utilidad para evaluar la salud de los animales, así como la calidad del forraje y las malas hierbas con los que se alimentan. Los sensores y chips colocados en sus cuerpos registran la temperatura corporal, el pulso y la presión sanguínea, lo cual permite detectar anticipadamente los primeros síntomas de una enfermedad para poder aislar al animal enfermo y comenzar el tratamiento con prontitud.
Por otro lado, la tecnología ayuda a analizar los riesgos genéticos de los rebaños. Los datos genómicos permiten hacer recomendaciones sobre cómo seleccionar y criar animales para aumentar la rentabilidad del ganado.
- Datos de satélite y análisis de reconocimiento de imágenes
El uso de imágenes de satélite, así como drones y otros vehículos no tripulados, ha experimentado un gran auge en los últimos años. Las imágenes se procesan con programas informáticos, como plataformas de análisis, en distintas longitudes de onda, incluso algunas no visibles, para ver cómo evolucionan los cultivos.
A esta tecnología se le suman otras como el big data o el aprendizaje automático, que consiguen transformar la información en bruto en información práctica. El big data sirve para gestionar de forma eficiente grandes cantidades de datos, mientras que el aprendizaje automático, una vez “enseñado”, es capaz de detectar información o hacer sugerencias por sí solo, facilitando la labor de los agricultores.
- Maquinaria autónoma
Aunque esta tecnología todavía debe evolucionar más, ya existen máquinas capaces de labrar, arar, desbrozar, fumigar y cosechar. En algunos casos, esta maquinaria trabaja de forma más precisa que las personas controlando maquinaria de forma manual.
A pesar de algunas limitaciones tecnológicas existentes, la tecnología brinda enormes oportunidades de crecimiento al sector agrícola. Solo con ella es posible adaptar la agricultura de modo que se evite que la población mundial sufra una hambruna masiva en las próximas décadas.