Este martes 17 de mayo se celebra el Día del Reciclaje, con el fin de incorporar la práctica responsable del reciclaje en nuestro día a día es esencial para cuidar nuestro planeta.
Si bien es cierto cada vez somos más conscientes del cuidado que debemos tener con el medio ambiente, aún tenemos prácticas que lo perjudican, como el simple hecho de producir un zapato. INESCOP (Instituto Tecnológico del Calzado) puso en marcha un proyecto llamado CO2Shoe, cuyo objetivo era desarrollar una herramienta que permitiera cuantificar las emisiones de gases de efecto invernadero debido a la producción de cada par de zapatos. Dentro de los resultados se pudo concluir que con solo introducir la cantidad de los materiales y el consumo de recursos (agua, luz, etc.) utilizados en cada par, se traducía en cifras que van desde 1,3 a 25,3 Kg de CO2 por cada par.
El hecho de comprar zapatos se ha convertido en una actividad habitual que seguramente ya todos realizamos con más frecuencia de la que deberíamos, esto ya que nos resulta placentero ir a las grandes tiendas y probarse diferentes marcas, modelos y diseños, sin siquiera sospechar sobre el impacto que la producción de los mismos pueda tener con el medio ambiente.
De hecho, su fabricación se traduce en que, de todo el dióxido de carbono producido, el 58% corresponde a la fabricación de los componentes, el 16% al envasado de fabricación, el 11% al montaje y acabado y solo el 6% a la distribución del producto final.
Es por esto, que deberíamos comenzar a utilizar calzado sustentable y según Myriam Hernández, dueña de Mike’s compañía dedicada al diseño, desarrollo y comercialización de calzado, “la industria del calzado está entre las más contaminantes del mundo, toda su fabricación trae efectos negativos para nuestro medio ambiente, entonces debemos inculcar a las nuevas generaciones a cuidar lo que nos rodea, y puede que el hecho de utilizar calzado sustentable sea una parte de aquello”.
Mike’s ofrece este tipo de calzado, hecho de caña de azúcar, totalmente reciclable y que es fabricado completamente en Brasil, donde están los mejores materiales para poder realizar estos zapatos.
Con suela fabricada con restos o residuos de caña azúcar, más ligera, acolchados y con plantillas hechas de un material totalmente reciclable, este tipo de calzado ayuda a cuidar el medioambiente y a disminuir los efectos contaminantes de la fabricación de zapatos.
A la hora de comprar calzado recuerda que, con sólo el hecho de elegir tejidos orgánicos, sostenibles y, en muchos casos, hasta reciclados, estás colaborando a reducir la cantidad de agua invertida en la producción y de los pesticidas utilizados. Además, los calzados ecológicos no utilizan ningún producto de origen animal, por ejemplo, para las suelas, se emplea caucho natural o corcho.