Su uso en tratamientos para detener el envejecimiento de los músculos, los tendones y regenerar tejidos, lo ha convertido en una alternativa no invasiva para tratar dolencias óseas, heridas o quemaduras, sostiene investigador USM.
“El mercado ha dado un verdadero salto en el uso de productos en el mercado” sostiene al referirse al ácido hialurónico el investigador del “Centro de Biotecnología Dr. Daniel Alkalay Lowitt” de la Universidad Técnica Federico Santa María, Dr. en biotecnología Cristian Acevedo.
Hasta hace algún tiempo este ácido era más bien conocido, casi exclusivamente por sus usos terapéuticos. Hoy en cambio se le reconoce su capacidad de regenerar tejidos. Es una molécula presente en todos los mamíferos y que posee llamativas propiedades, en especial en lo relacionado con la regeneración de piel o tejidos.
“Esto se ha sabido hace tiempo en forma teórica —reconoce el profesor Acevedo—, pero ha habido un salto reciente en el uso de productos en el mercado”. Esto ha sido notorio especialmente en cosmetología, donde se emplea en tratamientos para detener el envejecimiento de los músculos, los tendones y la piel. De hecho es un ingrediente valorado por su uso terapéutico entre muchos otros productos que prometen mitigar el paso del tiempo en forma natural. Pero también sus propiedades tienen un uso médico ya que está presente en forma natural en todos los tejidos del cuerpo y por eso no se produce un rechazo, dice Acevedo, quien ha estudiado sus propiedades en un intento por mejorar su acción.
“Por ejemplo, los cartílagos lo contienen naturalmente, y si se dañan, van a empezar un proceso de regeneración y una de las moléculas que va a actuar es justamente el ácido hialurónico. Por eso, al aplicarlo en forma externa, igual las células lo reconocen”, explica.
Las inyecciones de ácido hialurónico son una de las opciones más frecuentes. Se emplean en el tratamiento de la artrosis u osteoartritis de rodilla, una patología que genera inflamación y afecta la articulación. Al infiltrarla, se crea una película alrededor de la articulación que frena el deterioro del cartílago.” La tecnología para obtener ácido hialurónico suficiente y llegar a la zona donde se desea colocar ha sido lo más complicado de desarrollar. Su aplicación directa la piel es más fácil y por eso ya hay algunas formulaciones”.