Michelle Viscaíno, fundadora Simbiótica AI: “Siempre pensaba en cómo ayudar y retribuir un poco a la sociedad”

RRSS LA QUINTA EMPRENDE (3)

Tras obtener su título en ingeniería electrónica y control en la Escuela Politécnica Nacional de Ecuador, se desempeña como docente y comienza a ejecutar investigaciones en el área descubriendo su pasión por la ciencia. Es allí, cuando surge la idea de hacer un doctorado, y en su búsqueda por localizar la escuela ideal, halla a la Universidad Técnica Federico Santa María. Ya han transcurrido 4 años desde su llegada a Chile, específicamente en la ciudad de Valparaíso, donde funda Simbiótica AI, la apuesta tecnológica que ya ha conseguido 4 galardones a nivel nacional.


“Un día recuerdo que estaba trabajando y me llegó el correo de “Estás aceptada en el programa” y yo morí de la emoción”. Michelle es de nacionalidad ecuatoriana, pero hoy está en Chile cursando su cuarto y último año de doctorado en la USM de Valparaíso.

En 2017, postula a las becas administradas por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), concurso dirigido a estudiantes de excelencia, chilenos/as o extranjeros, con o sin permanencia definitiva en Chile. Tal proceso de solicitud le toma alrededor de 1 año, ya que se deben presentar varios documentos, hacer entrevistas y finalmente viene la selección, la cual ganó en su intento número 1.

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“Ese fue como uno de mis primeros retos súper emocionantes porque ANID es muy exigente, además la beca es realmente buena, te apoya muchísimo desde que te instalas. Fue maravilloso en realidad”. Además, comenta que en tal año se estaba promoviendo bastante la participación de mujeres en la ciencia, siendo una muy buena oportunidad para proseguir con sus estudios.

Actualmente Michelle está cursando su último año de doctorado pero ¿por qué Chile?. “La Santa María en ingeniería electrónica es una de las mejores a nivel Latinoamérica, es “top” en ello. El grupo de robótica autónoma industrial de acá es espectacular, tiene todo el equipamiento en cuanto a robótica, porque me gusta mucho la robótica, la electrónica, entonces claro…yo feliz.”, comenta.

El inicio del proyecto

Simbiótica AI es una spin-off del Centro Avanzado de Ingeniería Eléctrica y Electrónica, AC3E, que es parte de la USM. Ésta tiene como objetivo desarrollar herramientas tecnológicas que apoyen la práctica médica en el proceso de obtención de resultado. El primer producto de Simbiótica AI es AiSot, una plataforma de diagnóstico para enfermedades de otorrinolaringología, la cual utiliza inteligencia artificial para interpretar imágenes adquiridas mediante la cámara del otoscopio entregando una mayor precisión.

La creación de este dispositivo surge a raíz de la investigación que Michelle realiza para conseguir su título de doctora. Comenta que, al llegar a Chile discute con su profesor sobre los posibles temas a analizar, lo que la complica un poco, ya que existe un gran abanico de opciones. “En el doctorado tú escoges un área de investigación y sigues tu trabajo marcado en esa área y la verdad es que yo sentía como que me gusta mucho la ciencia, la electrónica, pero también es importante pensar en qué puedo hacer con todo. Siempre pensaba en cómo ayudar y retribuir un poco a la sociedad”, aclara.

Su postura frente al “ayudar a otro” es firme, siendo una idea que viene meditando hace varios años. Me cuenta sobre la intención de haber estudiado medicina en vez de ingeniería, desistiendo de este plan por la gran pasión que tiene hacia la robótica, no obstante, esa necesidad por querer aportar algo a la sociedad se mantuvo latente.

Mi profesor me planteó el desarrollar tecnologías para apoyar los procesos en la medicina. La idea me encantó y le dije: ¡ya, vamos! que ese sea mi proyecto de investigación. Y partimos así, como una idea. Empezamos a buscar, trazar varias tareas y ver como hacer para desarrollar tecnologías en el área de la salud”, señala. Gracias a esta ocurrencia pudo unir dos cosas que le gustan que son la robótica y el entregar algo a la sociedad, cosa que siente no haber realizado en pregrado.

No todo fue tan color de rosa. En un inicio, los médicos fueron reacios con la idea de tecnologizar procesos, por ende, gran parte de la comunidad médica se negó a participar en la investigación. “Es un sentimiento en común dentro de la mayoría de las personas, como si un robot fuera a suplir tu trabajo”, manifiesta.

El desafío fue buscar a aquellos agentes de la salud que tuviesen la visión positiva de la tecnología, gente que la viese como una oportunidad de la cual beneficiarse, y así fue como dieron con profesionales de especialidad en otorrinolaringología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile. “Empezamos a desarrollar una herramienta que asista al médico en el diagnóstico para enfermedades en el oído. Entonces justamente con todo este equipo se empezó a desarrollar y nos fue muy bien”, afirma.

Premios

En su segundo año de doctorado, Michelle y su equipo ganan el galardón a “Mejor Innovación o Desarrollo Tecnológico 2019”, otorgado por la Asociación de la Industria Eléctrica-Electrónica (AIE). “Nos hicimos famosos, pero en el ámbito de la ciencia”, señala entre risas.

Michelle cuenta que gracias al premio empezó a crecer el interés por la plataforma, que en aquel entonces se llamaba AMIRA. “Queríamos desarrollar tecnologías para que el médico lo pueda utilizar y de esa forma facilitar su trabajo, que se beneficie en el proceso, de la tecnología y no solamente él, sino que también el paciente, porque nuestra tecnología ayuda a su diagnóstico, a hacerlo más precioso, más rápido y más oportuno”.

Otro hito importante ocurre en noviembre del 2020, donde con su plataforma de diagnóstico gana el premio al Mejor Trabajo Libre en el 76º Congreso Chileno de Otorrinolaringología. “Ese fue el reconocimiento máximo porque los médicos nos otorgaron ese premio”.

“Nuestro equipo está conformado por ingenieros, pero también por médicos, entonces saber que a ellos les gustó la tecnología y la propuesta fue muy bueno. Yo creo que eso fue un pasito más hacia el desarrollo, porque hacer que dos áreas como la ingeniería y la salud conversen, trabajen y quieran colaborar fue espectacular en verdad”, explica.

En el 2020 comprendieron que el proyecto se podía ramificar hacia otras áreas médicas. “En el momento de investigar y de charlar con los médicos vamos descubriendo cosas”, afirma.

Michelle comenta que notaron que podían desarrollar una plataforma para los estudiantes de medicina general y para los becados de otorrinolaringología en sus primeros años. De esta forma pueden entregar mayores herramientas de estudio. Fue así como crearon la “Plataforma de Aprendizaje de Otorrinolaringología para Médicos y Estudiantes basada en Inteligencia Artificial (PAOME)”.

Con su sistema mejorado, el equipo gana por segunda vez el premio a Mejor Innovación o Desarrollo Tecnológico de la AIE, en enero de 2020.

“Con todas estas ideas que habíamos desarrollado a nivel prototipo de laboratorio como investigación, se planteó la idea de sacar un spin-off con todos estos productos, los empaquetamos y los comercializamos, porque al final era es. La idea es poder entregarle esto a la sociedad, que ellos lo puedan utilizar, y así fue como formamos Simbiótica AI”.

Tras el desarrollo de esta nueva plataforma ingresaron a concursar a Hub Apta Builder 2020, donde llegaron de los finalistas, sin embargo, no obtuvieron el premio mayor. “En esa oportunidad no ganamos porque estábamos recién formados y nos faltaba un poco más”. Comenta.

Con toda la experiencia y el feedback que recibieron establecieron su modelo de negocio y la forma perfecta para poder llegar al médico. Todo ese arduo trabajo se refleja cuando el equipo gana “Crea y Valida Empresarial Mujeres” de Corfo en abril de 2021. “Fue algo muy bueno porque nos permite posicionarnos comercialmente. Al final tenemos que llegar al mercado y ofrecerlo a todos los chilenos y chilenas que estén interesados por nuestro producto”.

Nuevos desafíos

Simbiótica continuará con su evolución en Chile. “Nos interesa mucho desarrollarlo aquí porque es algo innovador, algo nuevo y disruptivo. Aún hay que superar algunas barreras y hacer que la gente vea esto como una oportunidad que lo quiera utilizar, pero también nos interesa después por supuesto ir al mercado latinoamericano y ojalá llegar después a EE.UU”, señala.

Una de sus metas es adquirir la certificación FDA estadounidense, la cual según Michelle es muy bien vista dentro del ecosistema médico. Este vendría a ser su sello de calidad, el cual certifica que su tecnología cumple con lo que se está ofreciendo.

Por otro lado, comenta sobre los avances en cuanto a la inclusión de gastroenterología, ya que se están expandiendo hacia otras áreas médicas. Michelle comenta que el proyecto está destinado al apoyo de la detección de pólipos para la prevención de cáncer colorrectal. “En este caso tenemos al especialista gastroenterólogo de la Clínica las Condes. Estamos trabajando con ellos, pero el obtener videos y muestras es mucho más complejo”.

Por último, el equipo ya está en miras de nuevos fondos. Actualmente Simbiótica está postulando a Startup Ciencia 2021 de Corfo, donde espero que les vaya increíble.

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