A las 16:30 horas en punto y con una biblioteca llena de libros a su espalda, Paula Celis Plá inicia la videollamada que nos permite conocer su trayectoria académica y como investigadora. Actual coordinadora del Laboratorio de Investigación Ambiental Acuática, investigadora de un Fondecyt y autora de más de 15 publicaciones en revistas especializadas, Paula nos cuenta con especial énfasis sobre el cambio climático y la importancia de aumentar la participación femenina en la investigación. Te invitamos a leer su perfil.
Con una notoria pasión, Paula Celis Plá, comienza a relatar su historia. Su vínculo con la ciencia comenzó en el colegio al participar de un club científico, liderado por una entusiasta profesora de ciencias naturales, a través del cual organizaban actos y actividades en el mes del mar, tenían un invernadero y salidas a terreno los días sábados.
Aunque a los 18 años no tenía claridad total del camino que seguiría, estudió Biología Marina con mención en Oceanografía y Calidad Ambiental en la Universidad de Concepción. Una especialización que en tercer año de la carrera le permitió reafirmar su afinidad con esta disciplina mediante la investigación, participando de pequeños desarrollos, eventos y congresos y luego trabajando como asistente de proyectos y profesora en distintas universidades.
Recuerda con mucha alegría que su primer logro surgió justamente en este periodo, mientras cursaba quinto año de carrera, producto de su participación en un congreso latinoamericano en Argentina, donde obtuvo el premio a la mejor presentación oral, que era el trabajo de su tesis de pregrado. “Esto para mí fue súper bueno”, sentencia con orgullo.
Fruto del mismo trabajo, el Gobierno Regional (GORE) de la VIII región también reconoció su tesis de pregrado «Cultivo en Macrocystis pyrifera» (alga que se denomina huiro como nombre común) entre las 25 mejores tesis sustentables de ese año. “Hubo un incentivo económico que nos permitió, como un mini proyecto de investigación en ese tiempo, desarrollar también el cultivo. Además, compré mi primer computador”, comenta.
Tras terminar la universidad, tomó algunos trabajos que las desviaron un poco de su pasión de investigadora, pero rápidamente gracias a becas Chile cursó un magíster en España, en la Universidad de Barcelona y un Doctorado en las universidades de Barcelona y Málaga, postgrados que le permitieron reencausarse en su pasión y descubrir su línea de investigación: las algas. En 2016 comenzó su trabajo en la Universidad de Playa Ancha, lo que le ha permitido desarrollarse y establecerse en el Laboratorio de Investigación Ambiental Acuática (LACER) del Centro de Estudios Avanzados (CEA), donde actualmente se desempeña como coordinadora, y que va de la mano con temas de cambio climático, productores primarios y, por supuesto, algas.
Laboratorio de investigación
“Lo que hacemos en el laboratorio es trabajar con organismos marinos, evaluando justamente todos sus efectos frente a distintos estresores ambientales desde la toxicología hasta el cambio climático en un trabajo multidisciplinario, con diferentes colegas y especialistas.
La idea de este laboratorio es realizar investigación costera ambiental en la región de Valparaíso, teniendo experiencias en la Antártida, mediante proyectos de desarrollo con algas de esas zonas.
“Este laboratorio ha sido importante también para congregar a estudiantes y crear un polo de innovación ambiental, ya que recibimos estudiantes de la UPLA y otras universidades que tienen la necesidad de desarrollar proyectos de fin de carrera o trabajar en proyectos en cursos. Ellos colaboran y logran finalizar su tesis y descubrir el potencial de la región”, cuenta muy contenta Paula.
Cambio Climático
Algo que está ocurriendo en todo el mundo es el aumento de los gases de invernadero, lo que dado el calentamiento global genera diversos cambios en el clima que hemos observado en las últimas semanas, con extremos de mucho frío o calor.
“El tema del cambio climático, sobre todo en zonas de climas mediterráneos como la quinta región, se ven afectado por estos extremos. Al generarse deshielos en los polos, hay cambios en el PH del mar, un aumento del nivel del mar y eso impacta la vida de los organismos que viven en el océano, generando otras complicaciones en la tierra”, detalla Paula Celis.
Respecto a las lluvias que han afectado durante junio-julio nuestra región, señala que lamentablemente no son cambios significativos para la escala que estamos viendo mermada desde la revolución industrial a la fecha en el aumento del CO2 atmosférico. “Esto es inevitable, habrá momentos en donde la Tierra se irá calentando cada vez más, como así también otros momentos puntuales, debido a este estrés climático, en donde habrá mucha lluvia y mucho calor. Es importante recordar protocolos pendientes en que este incremento de gases invernaderos deben ser controlados por los países a nivel mundial, impulsando una conciencia verde o economía azul, como se ha propuesto también”, explica con evidente desgano.
Paula trabaja con productores primarios, algas que son la primera fase de la cadena trófica en el mar –que ella llama (y lo comenta entre risas) los árboles del océano- y son estos los que permiten la continuación del alimento en el océano, son refugio y comida para otros organismo y se están viendo afectados por el barreteo o extracción indiscriminada de estas especies de algas -con fines comerciales-, impactando en el hábitat de los peces y crustáceos. Esta pérdida generalizada de ambiente es muy compleja, sumado a esto el estrés que sufren por el cambio climático, y en el que el hombre colabora, y “de una manera muy nefasta”, recalca.
Mujeres en la ciencia
Otro aspecto que considera relevante en su carrera es jugársela por aumentar la participación femenina en la investigación, ya que “procesos como la maternidad, misoginia o machismo impiden que nosotros avancemos, es difícil, pero tampoco imposible ¡yo soy una prueba!”, asevera con determinación.
Si bien biólogas hay muchas, la biología marina que es distinta a la biología pura, son muchas menos porque es una carrera con estereotipo masculino. “Yo hago bastante colaboración con el programa explora de Valparaíso, que trabaja con colegios y liceos de la región, y fundamentalmente hay que hacer un hincapié y apoyo a las nuevas generaciones. Transmitir conocimiento y experiencias de vida, en donde una les pueda contar a las niñas que se puede y ¡es factible! Hay que transmitir la curiosidad, que estén informados e informadas, y eso se puede lograr a través de estas posibilidades como explora, que en mi tiempo no existían. Hoy existe una preocupación desde el Estado por desarrollar potenciales en los niños y niñas, que se observa por ejemplo con la creación del Ministerio de Ciencia, y traspasar conocimientos desde la etapa del colegio y eso es muy bueno”, comparte la investigadora.
Sin hacer distinción de género, Paula enfatiza que si no existe difusión de la ciencia en las nuevas generaciones de niñas es difícil generar el desarrollando conocimiento y, desde su punto de vista, debe hacerse antes de tener prejuicios y estereotipos sobre ciertas áreas. “En la universidad es muy importante que te promuevan la conexión con la ciencia desde el principio de la carrera también”, puntualiza.
Asimismo concluye con el siguiente mensaje: “a los niños, niñas y futuras generaciones, quiero decirles que la ciencia e investigación son campos complejos, pero un país sin investigación es un país que no tiene desarrollo futuro en I+D (Investigación + Desarrollo). De aquí nace el conocimiento y es el que traspasamos a los estudiantes, así que si no existiera la generación de nuevo conocimiento no habría nada nuevo y sólo nos basaríamos eternamente en lo que han hecho otros o está en los libros. Es algo que no sólo nos permite avanzar, ¡es vital para un país en desarrollo!”