Por Cristián Oyanedel Garrido
Director de Innovación y Transferencia Tecnológica
Vicerrectoría de Investigación e Innovación
Universidad de Valparaíso
El conocimiento, la educación y capacitación son condiciones necesarias para construir un entorno que favorezca el desarrollo del emprendimiento y la innovación. Sin embargo, en Chile, los sistemas educacionales y de capacitación no están dirigidos a impartir los conocimientos, destrezas y habilidades con el fin de crear o dirigir negocios innovadores ya sean pequeños, nuevos o en crecimiento.
Mientras antes se entreguen las herramientas necesarias para la innovación, aumenta la probabilidad de emprendimientos exitosos, los que reducirían las brechas actuales respecto a la desigualdad, y disminuirán la relación entre el emprendimiento por necesidad.
En Chile no existe prácticamente un sistema permanente de extensionismo con foco en la instalación de capacidades tecnológicas para el desarrollo de la innovación en las pymes, las nuevas empresas y aquellas que están en crecimiento.
Las empresas necesitan responder a un proceso de “modernización tecnológica” o nacen bajo el paradigma de la “transformación digital”, pero, no disponen de las capacidades o competencias para el desarrollo de oportunidades de mayor sofisticación para toda la cadena de valor. En este proceso se necesita que emerjan empresas orientadas al mercado, tecnificadas y conectadas, que puedan generar propuestas más complejas, diferentes y competitivas, demandando más tecnología.
Para generar nuevas oportunidades de desarrollo en las regiones se debe establecer una interacción entre los actores locales, mucho más compleja que en el pasado. Es en este sentido que se necesita generar nuevas formas de articulación efectiva entre las empresas, gremios, instituciones de educación superior y los gobiernos locales y regionales que se preocupe de la instalación de capacidades tecnológicas para la innovación. Asumiendo un rol de facilitadores y promotores de alianzas para la gestión y consolidación de iniciativas que inciden en la competitividad de los territorios y dinamismo de la economía local.
Dentro de las posibilidades de crecimiento de un emprendimiento está el aprovechar las ventajas de especialización y de escala mediante la asociación y la implementación de estrategias de cooperación, para lograr en conjunto la participación en redes empresariales y socio-institucionales. Este tipo de espacios contribuye tanto a impulsar los procesos de innovación que mejoran las condiciones de competitividad, como a establecer vínculos para acceder a otros mercados.
Por lo tanto, el fortalecimiento de la asociatividad y la cooperación entre emprendedores e instituciones públicas y privadas, crean las interacciones para la generación de redes que ayuden a romper el aislamiento, permitir el crecimiento de las empresas y conformar entornos propicios para la innovación. De esta manera, la innovación empresarial se comunica, se complementa y se replica, impactando en el territorio, revalorizando el medio regional como un área de oportunidades para el emprendimiento y la innovación.