La historia de la quilpueína Tammy Santibáñez Guzmán, y su marido, Manuel Rodríguez Donoso, es un ejemplo de cómo una familia se puede volver a levantar en la vida, luego de estar muy mal económica y anímicamente. Prácticamente en el suelo.
Tal vez pocos se imaginan que este matrimonio tocó fondo en un momento. En especial si saben que hoy Tammy está en la cima, y es una de las emprendedoras ejemplo de nuestro país, luego de ganar el Premio Impulso Chileno a nivel nacional.
Sus vidas, hasta cuando eran veinteañeros, apuntaban a conformar una pareja de exitosos profesionales. Ella estudiaba Derecho, en la Universidad de Valparaíso. Él, Ingeniería Civil Bioquímica, en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
“Nos ocurrió lo que a tantas parejas jóvenes con ideales y sueños. Lisa y llanamente no pudimos seguir pagando nuestros estudios, y justo en ese momento llegó nuestro primer hijo, Damián. Yo llegué a Tercer Año y Manuel a Quinto, pero tuvimos que dejar de estudiar, para poder mantenernos con nuestro pequeño. Intentamos seguir estudiando y nos instalamos con un ciber en El Belloto. Nos iba bien, podíamos mantenernos, pero ya nadie nos dio crédito para la Universidad porque aparecíamos como empresarios, con capacidad económica”, cuenta Tammy.
“Vino luego la decadencia del negocio de los ciber, nos empezaron a comer los créditos que tuvimos que hacer como inversión y vino el terremoto del 2010, que nos destruyó todos los equipos que habíamos adquirido recientemente. Ahí estuvimos mal, muy mal y nos empezamos a ir a un hoyo”, relata.
Vendieron los juguetes
“Estábamos mal económicamente y tuvimos que tomar la decisión, para poder alimentarnos, de empezar a vender todo lo que teníamos. Partimos vendiendo lo que quedó de nuestro ciber. Las máquinas, computadores, impresoras. Luego, seguimos con nuestras pertenencias, ropa, electrodomésticos y, lo más doloroso en ese momento, los juguetes de nuestro hijo, con el dolor de nuestro corazón”, cuenta Tammy.
Sin embargo, aquí la historia da un vuelco inesperado. Como de película. “Nos conseguimos vender en la Feria de El Belloto. Y allí empezamos a llevar los bloques, legos, que mi hijo coleccionaba. Y ahí nos dimos cuenta que se vendían como pan caliente. Nos empezamos a conseguir más, con amistades, hasta que nos dimos cuenta que por ahí iba la cosa. Conseguimos plata prestada para ir a comprar al Barrio Meiggs en Santiago. Como los Lego son muy caros, inalcanzables para muchos, compramos e importamos un producto chino, similar, alternativo, pero a precios muchos más convenientes. Aquí comenzamos a despegar. De aquí viene el nombre de El Señor de los Bloques, por el cual Manuel es conocido en la feria”.
Un dato interesante que cuenta Tammy es que ella se dio cuenta que, junto con vender en la feria, había que darse a conocer en internet. “Me decían que estaba loca. Estamos hablando de hace varios años atrás, cuando la venta por las redes no era tan común como hoy. Le puse el nombre de ‘Aprendo jugando’, y hasta el día de hoy ha sido un apoyo clave en nuestras ventas. De hecho, me ha ido tan bien con este tema, que otras emprendedoras me contratan para ayudarlas a expandir sus negocios”.
“A partir de ese momento, comenzamos a ver la luz de nuevo. En un momento todo se oscureció. Mis padres se separaron por algún tiempo, pero ya están de nuevo juntos. La familia por supuesto que nos apoyó, en especial nuestra tía Evangelina, que siempre dio todo por nosotros. En medio de todo esto nació nuestra segunda hija, Amanda. Nuestros dos hijos son los tesoros que tenemos”, relata Tammy.
Impulso Chileno
Junto con la Feria de El Belloto hoy también venden en la Feria de la Avenida Argentina de Valparaíso. “Y fue en este momento, cuando nos estábamos expandiendo, que llegó la idea de postular al Premio Impulso Chileno, que lleva adelante el empresario chileno Andrónico Luksic. Postulamos sin mucha fe, porque la tendencia es que a los emprendedores que son revendedores, no se les ayuda mucho. Propusimos en el proyecto la idea de una Tienda Café, con el mismo sentido de productos, tal vez ampliado hacia las figuras de acción, vehículos de colecciones, accesorios. Sin embargo, nos fuimos dando cuenta que íbamos pasando las etapas. En un primer momento, de los 8.000 postulantes a nivel nacional, quedamos entre los 200. Ahí fue donde nos invitaron a un hotel en Santiago a relatar en un minuto, ante un jurado muy competente, nuestro proyecto. Grande fue la sorpresa cuando nos dijeron que habíamos quedado entre los 60 ganadores y, mucho más aún al final, cuando nos dijeron que éramos los ganadores, en un grupo de 20, con un monto de 10 millones de pesos. Fue algo maravilloso. No lo podíamos creer. Era como estar en el Cielo”, señala Tammy.
“Unidos somos más”
Hoy Tammy y Manuel están buscando un local en Viña del Mar, para materializar su proyecto ganador. “Hay un tema que creo puede ser importante. Junto a Manuel, en la Feria de El Belloto, hemos tratado de impulsar un cambio que consiste en mostrarles a los colegas feriantes que uno no puede seguir esperando que nos den todo. Hay una tendencia a exigirles, a las autoridades por ejemplo, que cumplan con todas nuestras exigencias. Hay que poner de nuestra parte también. Tenemos que organizarnos para obtener logros y alcanzar objetivos. Y hay una verdad que no falla: Unidos somos más, por lo tanto hay que apoyarse mutuamente. Cuesta convencer a las personas respecto de la importancia y los beneficios de la economía circular. Hoy Manuel preside esta agrupación de feriantes y estamos en eso, tratando de hacer un trabajo distinto con la gente”.
El Señor de los Bloques, muy pronto, derivará en “El Señor de lo Friki”. “No vamos a dejar de vender los bloques de construcción. Ese es el fuerte. Pero también queremos apuntar al mundo de los coleccionistas. Por eso la idea de la Tienda Café, que sea un lugar de encuentro de todos los amantes de este mundo. Ganamos el Premio Impulso Chileno por eso, porque sabemos que aquí hay un mundo por conocer y para trabajar, por eso estamos seguros que nos va a ir muy bien”, finaliza Tammy, quien hoy, junto a Manuel y sus dos hijos, constituyen una familia del emprendimiento. Todos trabajan y tienen diversas funciones, en pos del mismo objetivo.
Revisa otros contenidos de nuestra revista N°23 aquí.