Gabriel Gatica es fundador y CEO de Artificyan, un emprendimiento tecnológico con base científica en la que realizan predicciones en base a Inteligencia Artificial en el área bursátil, agroclimática con apoyo de satélites de la NASA y servicios personalizados. Gabriel cuenta entre sonrisas que hace de todo un poco junto a su equipo multidiciplinario: un ingeniero civil matemático, una bióloga, un geógrafo y una encargada de Gestión de Proyectos. Toda la labor la comandan desde su oficina ubicada en IF Caja los Andes de Viña del Mar.
Oriundo de Chillán, terminó sus estudios en un liceo de la zona como técnico en electricidad y alcanzó a dar la última Prueba de Aptitud Académica (PAA), con la que quedó seleccionado para estudiar Ingeniería Civil Eléctrica en Valparaíso. Como universitario tuvo la posibilidad de ser ayudante de investigación para el Programa de Agricultura y Precisión de Chile (PROGAP). “Estaba en segundo año de la U y todas mis labores de ayudante eran para proyectos de académicos con doctorados, así que eran súper brígidas, a veces estaba complicado porque el trabajo era más difícil que mi carrera, así que mis notas no eran muy buenas”, relata mientras de fondo se escucha en su oficina el ruido constante del procesador.
Investigador académico en Bélgica y Alemania
Durante su ayudantía, sus colegas académicos belgas, que estaban en Chile por un programa de intercambio, lo recomendaron para que fuese a la Universidad Católica de Lovaina a apoyar distintas investigaciones en curso en calidad de profesor adjunto, pero estando aún en pregrado. “Allí trabajé con imágenes hiperespectrales para visión robótica, que te permiten ver todas las longitudes de ondas, desde el infrarojo hasta el ultravioleta. Una experiencia que realicé entre diciembre y marzo, mientras estaba de vacaciones universitarias”, aunque asegura que al regreso siempre se perdía la primera prueba, pero no le importaba.
Luego replicó sus labores de apoyo en el Instituto Fraunhofer en Alemania en el área de robótica, donde trabajó en proyecciones de las edades de las personas en tiempo real. Una experiencia fructífera para Gabriel, muy distante de lo que le esperaba a su regreso a Chile. Como resultado de sus dinámicas de viajes al extranjero en períodos lectivos vigentes, el proceso de postulación a créditos universitarios le jugó una mala pasada y se quedó sin financiamiento. “Me fui a la B. Traté de congelar, pero era muy tarde. Lo que sí alcancé fue a entregar mi tesis junto a dos paper sobre proyectos realizados en el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA)”.
¿Emprender o terminar la carrera universitaria?
“Estaba sin lucas, tenía dos opciones: emprendía o volvía a la universidad a terminar mi carrera. Así que dejé la U tirada y el dinero ahorrado lo invertí en mi primer emprendimiento de etiquetas inteligentes, con el que gané junto a mi socio varios concursos de innovación y fuimos a Europa a un congreso sobre nanomateriales, luego sacamos la patente de invención”. Todo viento en popa hasta que un estrés crónico dejó a Gabriel fuera de la industria alrededor de un año y medio. Lejos de los computadores se replanteó su rumbo y decidió volver con una idea clara de nuevamente emprender, un proceso que contó con el apoyo de su familia y su polola.
Gracias a su participación en un concurso mundial de tecnología e innovación de Japón, en el que sacó segundo lugar, se dio cuenta de que sus proyectos eran valorados por el jurado del certamen, lo que fue un incentivo para perseverar en sus ideas. Una experiencia que fue efecto dominó, ya que en la final de la competencia conoció a quien sería su conexión con IF Valparaíso, una plataforma que lo becó por un año para entregarle mentorías y training para consolidarse como startup y fortalecer su vinculación con el medio.
Consolidación de Artificyan
“Para elegir el nombre del emprendimiento actual fue entretenido y con sentido. Empecé a entrenar un modelo en enero del 2017, el cual iba generando palabras. Las primeras fueron súper aburridas y no se entendían bien, porque le enseñé a generar texto y luego audio. La segunda prueba resultó en Artificius, así que me colgué de eso y le cambié las últimas letras y quedó como Artificyan, que es resultado de Artificial y cyan, un color representativo de la industria tecnológica”.
Para Gabriel los factores claves para emprender con Artificyan han sido la perseverancia y trabajar mucho: “Trabaja 16 horas un tiempo y después hablamos, porque uno tiene que invertir el doble de tiempo que la competencia para poder llegar recién a un punto de equilibrio”, cuenta con seguridad, pero recalcando que solo de lunes a viernes, ya que su experiencia le dice que las pausas sí o sí son necesarias, y guarda un breve silencio.
Quinta Región y la industria tecnológica 4.0
Ya en una mirada panorámica de la región, Gabriel evalúa que el elemento que fortalece el desarrollo tecnológico de la industria 4.0 es el potencial del recurso humano, “no creo que sea a un nivel de núcleo de desarrollo sin una visión regional que impulse esto a nivel creativo y no de replicar ideas de otros. En distintas universidades sé que desarrollan Big Data y telemática con Inteligencia Artificial, pero no están conectados con la industria, están súper aislados según lo que percibo. Esto genera que los clientes siguen prefiriendo servicios que vienen fuera de Chile aunque aquí hay mucha gente capaz de hacerlo”, concluye Gabriel con cierta angustia, pero clara visión de que éste es uno más de los desafíos de Artificyan: mostrar el talento regional en la materia.
El video explicativo se enmarca en la postulación a un fondo de financiamiento regional. La solución propuesta por Artificyan consta de un sistema que analiza grandes cantidades de información que permite optimizar la producción de fruta para evitar pérdidas por la sobremaduración de las mismas, las que corresponden a pérdidas anuales en exportaciones de USD 160 millones.